Con más de 20 nacimientos, el parque valenciano contribuye con gran éxito al Programa internacional de conservación de la gacela Mhorr, de la que quedan apenas unos centenares.
Este septiembre, con las agradables temperaturas de lo que ya se califica como “veroño”, ha traído una nueva vida a BIOPARC Valencia. Y, en este caso, una cría con un significado realmente transcendental, pues representa “un paso más” en la salvación de su especie, catalogada “en peligro crítico de extinción” por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) en su Lista Roja. Y todavía es más importante porque supone un nuevo éxito del parque valenciano en el Programa Internacional de Conservación de la gacela Mhorr, que tiene como objetivo garantizar la supervivencia y evitar la desaparición de la mayor, y posiblemente más bella, de las gacelas dama.
Detener la pérdida de biodiversidad es uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos. Todas las especies son importantes, pues cada una tiene un papel, y romper ese maravilloso equilibrio natural conlleva desastrosas consecuencias. Gran parte del esfuerzo de centros como BIOPARC se destinan a “salvar de la extinción” a las especies más amenazadas, así que el nacimiento de esta preciosa cría de gacela Mhorr (Nanger dama mhorr) supone un halo de esperanza y una gran alegría. El equipo de cuidado animal estaba muy pendiente del parto y pudo constatar que todo se desarrolló con total normalidad y, especialmente, que la crianza maternal fuera la adecuada. Para verificar el perfecto estado de salud, se le realizaron las pertinentes pruebas veterinarias y se aprovechó para sexar y poner la identificación correspondiente. De esta forma, se ha confirmado que es un macho y ya corretea y juega en el recinto exterior siempre bajo la protección de sus progenitores.
La preciosa cría, icono de conservación, es un macho y ya puede contemplarse junto a sus progenitores en el singular recinto multiespecie que recrea la sabana africana.
Con más de 20 nacimientos en estos años, BIOPARC Valencia es un centro de referencia y sigue el legado de avanzados conservacionistas que plantearon la imperante necesidad de “pasar a la acción” para evitar la extinción de las especies. En este caso, el visionario José Antonio Valverde cuando quedaban escasamente unas decenas de gacela Mhorr, en 1975 tuvo la valiente decisión de trasladar un grupo a España con el fin de realizar una reproducción controlada que garantizara su supervivencia. Hoy en día, gracias a su empeño y a la coordinación entre centros especializados de Europa, Norteamérica y Sudáfrica, esta especie que llegó a estar extinta en su hábitat se considera un ejemplo de la trascendencia de estas actuaciones, pues no sólo se ha evitado su desaparición, sino que se ha conseguido establecer una población suficiente que ha permitido implementar proyectos de reintroducción en el norte de África.
El singular diseño de BIOPARC en el que se recrea fielmente los hábitats de origen de las distintas especies, permite contemplar a la gacela Mhorr en un recinto multiespecie donde convive con antílopes tan distintos y particulares como los Addax (Addax nasomaculatus) y el Dik-dik de Kirk (Madoqua kirkii) o la llamativa Grulla coronada cuelligrís (Balearica regulorum).
