Los gorilas de Bioparc Valencia disfrutan del verano como muchas familias de sus vacaciones en este primer día de agosto

Bioparc recibe turistas que, asombrados, descubren “la naturaleza salvaje de África en Valencia” y contemplan cómo pasan el verano los animales de distintas especies.

Bioparc Valencia - la gorila Ali comiéndose una brocheta de fruta bajo la mirada del bebé Ebo - verano 2013

Jueves, 1 de agosto de 2013. Empieza el mes de agosto con temperaturas propias del verano en Valencia y la ciudad cambia de aspecto. Las calles se pueblan de turistas, el tráfico disminuye, las terrazas se llenan de gente y lugares emblemáticos de la ciudad suenan con diferentes idiomas.

Durante las vacaciones la tónica habitual es el descanso, el relax y el entretenimiento para todos. Bioparc Valencia ofrece la posibilidad de pasar una jornada de distracción y aprendizaje en la naturaleza. Pasear por alguno de los paisajes más bellos y amenazados del planeta; por el bosque ecuatorial, la sabana africana o los grandes humedales. Experiencias únicas como tomar un refresco o comer con vistas a la sabana, contemplando a las majestuosas jirafas, crías de antílopes recién nacidas, rinocerontes o cebras. Un día al aire libre que se complementa con exhibiciones, zonas de recreo y sesiones de cine, en definitiva, actividades para personas de todas las edades.

Bioparc alberga miles de animales de cientos de especies, muchos grupos con sus crías de este año pero, sin duda, este verano destaca la familia de gorilas. El bebé Ebo es el centro de atención de todas las miradas. La semana pasada cumplió 9 meses y en su primer verano ya disfruta con el resto del grupo de los helados de zumos y frutas. Junto a él, su madre Ali, el padre Mambie y la “tía” Fossey. Todos aprovechan esta época veraniega para refrescarse con “sorbetes” y polos de frutas.

Los visitantes que durante las vacaciones de agosto acudan el parque podrán vivir en primera persona momentos mágicos que nos brinda la naturaleza como es ver el comportamiento y la infancia del pequeño Ebo.

BIOPARC Valencia