Nombre común:

Jirafa Baringo

Especie:

Giraffa camelopardalis rothschildi
Giraffa camelopardalis

Familia:

Giraffidae

Orden:

Artiodactyla

Clase:

Mammalia

Prog. de reproducción

EEP

Se encuentran en todo tipo de ambientes de sabana, si bien prefieren áreas ricas en acacias, los machos suelen aventurarse en el interior de densas arboledas en busca de más follaje. Debido a que sólo beben ocasionalmente, las jirafas pueden encontrarse lejos de fuentes de agua.

Hojas, ramas y flores principalmente de diferentes especies de acacia.

Alrededor de 450 días.

De 10-15 años en la naturaleza y de 20-27 en cautividad.

Grado de amenaza

BIOLOGÍA Y COMPORTAMIENTO:

Este rumiante africano es el animal más alto conocido, llegando a alcanzar los 6 metros de altura. El largo cuello de las jirafas y las patas delanteras más largas que las traseras les permite alcanzar las hojas más altas de los árboles, evitando la competencia alimenticia con otros herbívoros. El hecho de tener un cuello tan largo es beneficioso también para tener una visión general de la sabana, evitando así posibles peligros.

El pelaje de las jirafas es de color amarillo con grandes manchas irregulares de color pardo claro u oscuro. Las manchas del cuello y piernas son más pequeñas. Esta coloración les sirve para camuflarse en la sabana, simulando su ambiente y evitando a posibles depredadores. No duermen más de 5 minutos seguidos y quedan vulnerables a los leones y las hienas cuando bajan el cuello para beber agua.

Esta especie está en serio peligro de extinción debido a la desertización de su hábitat y a la caza furtiva. Se estima que quedan unos 500 ejemplares en vida salvaje.

CURIOSIDADES:

Las jirafas, en ocasiones, suponen una referencia de advertencia para otros animales. Al tener una visión general del territorio pueden correr en grupos con antelación ante cualquier peligro. Esto hace que muchos animales corran a la vez que las jirafas antes de detectar a los depredadores.

El corazón de una jirafa, que puede pesar más de 10 kg, debe generar cerca del doble de la presión sanguínea normal de un mamífero de gran tamaño para mantener el flujo de sangre al cerebro en contra de la gravedad. Por ello, en la parte superior del cuello, poseen un complejo sistema de regulación de la presión que previene el exceso de sangre en el cerebro cuando la jirafa baja la cabeza para beber.

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