Nombre común:

Antílope acuático

Especie:

Kobus ellipsiprymnus

Familia:

Bovidae
Subfamilia: Antilopinae

Orden:

Artiodactyla

Clase:

Mammalia

Habita zonas de sabana en las que prefiere llanuras de herbazal próximas a fuentes de agua.

El kobo es una animal muy dependiente del agua, se alimenta de una gran variedad de herbáceas de diferentes medidas de longitud. Su dieta es muy rica en proteínas.

Alrededor de 270-285 días.

18 años.

Grado de amenaza

BIOLOGÍA Y COMPORTAMIENTO:

Los kobos presentan largos cuerpos y cuellos pero patas cortas. Su pelo es áspero y largo, formando pequeñas melenas en el cuello. Presentan coloraciones que van desde el gris al marrón, las cuales se van oscureciendo con la edad. La parte inferior de las patas es negra y presentan un anillo blanco muy característico en la parte posterior de sus cuartos traseros. Solo los machos presentan un par de cuernos pesados y muy anillados, que llegan a medir cerca del metro de longitud. Es un gran corredor, pero prefiere refugiarse en el agua cuando intuye algún peligro.

Posee unas glándulas que producen una secreción de acción impermeabilizante de fuerte olor parecido al almizcle. Parece que este aroma impregna la carne, sobre todo la de individuos viejos, y les hace poco apetecibles a los leones, hienas y leopardos.

Viven en amplias zonas compartidas por muchas hembras y machos no territoriales. El tamaño de su zona de distribución depende de la calidad del hábitat, de la población y de la edad de los individuos, siendo más amplia cuanto más sanos y jóvenes sean. Las diferentes zonas pueden solaparse formándose rebaños con una media de 5-10 individuos, en estos grupos no hay rango jerárquico establecido.

La actividad de los kobos se ve afectada en función de la estación, del hábitat, de las condiciones de los pastos o de la distancia al agua, de manera que cuando las condiciones ambientales son más secas y hay menos disponibilidad de agua, precisan descansar más tiempo.

CURIOSIDADES:

El número de depredadores en su área de distribución también afecta de manera importante a su actividad y al número de individuos de la población.

Sus depredadores son principalmente leones, hienas y leopardos, los cuales generalmente atacan a los recién nacidos.

Se deja domesticar fácilmente, aunque el olor desagradable que despide su piel le convierte en compañero poco grato. Su carne no es comestible por el ser humano.

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